Ya sea por problemas de digestión, intolerancias o simplemente preferencias de sabor, las leches vegetales se están volviendo cada vez más populares entre los consumidores mexicanos.
Hay muchas opciones disponibles en los supermercados y tiendas naturistas como leche de almendras, de soya, de coco y de arroz. Comprar un litro de estas leches puede ser muy conveniente en términos de ahorrar tiempo, pero no en términos económicos ni calóricos. Ya que las compañías manufactureras no sólo agregan unos cuantos pesos de más, sino también azúcar y conservantes artificiales. Es muy importante recordar que la azúcar puede ser llamada en muchas maneras en los ingredientes como: maltosa, dextrosa, sacarosa, fructuosa, glucosa, miel de caña, concentrados de frutas, miel del malta, sucrosa, etc.
Hacer tu propia leche vegetal no sólo te ahorra unos pesos, si no también te aseguras de que tu leche no lleve ningún tipo de azúcar o conservantes artificiales, sólo si así lo quieres claramente, además es muy fácil de hacer. La leche de avena además de ser libre de gluten, lactosa, grasas saturadas y de colesterol, te aporta todos los beneficios nutricionales, la fibra y las proteínas que este cereal contiene. Estos son algunos de los beneficios de la leche de avena:
- Libre de lactosa y de colesterol.
- Alta en grasas mono y poliinsaturadas, beneficiosas para el corazón
- Alto contenido en vitaminas del tipo B
- Por su alto contenido en fibra, es perfecta para personas con digestiones lentas, problemas de estreñimiento, etc…, y por si fuera poco ofrece una sensación saciante.
- Muy rica en proteínas, más incluso que el arroz o el trigo.
- Dispone de ácidos grasos esenciales, como el linoléico, antioxidantes y vitamina E.
- Su alto contenido en betaglucanos, nos ayuda a disminuir el colesterol, evitando así que elementos nocivos pasen al organismo.
¿Ya te convenciste? Prueba entonces la receta y disfrútala sola, con tu café o en cualquiera de tus recetas.