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Comer mal mata más personas que el tabaco o el cáncer
Avena Canadiense
June 9, 20165 minute read

Una dieta deficiente es responsable de más muertes en todo el mundo que el tabaco, la presión arterial alta o cualquier otro riesgo para la salud, según un nuevo estudio científico. El consumo de cantidades bajas de alimentos saludables, como los cereales integrales y demasiados alimentos poco saludables, incluidas las bebidas endulzadas, representa una de cada cinco muertes en todo el mundo.

“La mala alimentación es un asesino de igualdad de oportunidades — dice el doctor Ashkan Afshin, autor principal del estudio y profesor asistente en el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, en Estados Unidos–. Somos lo que comemos y los riesgos afectan a las personas en una variedad de características demográficas, que incluyen edad, género y estado económico”.

Afshin, autor de un artículo global sobre la obesidad en 2017, enfatizó que el estudio de hoy se centra en los efectos de los alimentos en los problemas de salud crónicos, como las enfermedades cardiacas y la diabetes, independientemente de sus conexiones con la obesidad. Más de 130 científicos de casi 40 países contribuyeron al análisis, que se publicó ahora en la revista médica internacional ‘The Lancet’.

Las verduras y la fruta deben ser la base de la alimentación

Las dietas deficientes fueron responsables de 10,9 millones de muertes, o el 22 por ciento de todas las muertes de adultos en 2017, con enfermedad cardiovascular (ECV) como la causa principal, seguida de cáncer y diabetes. También dieron como resultado 255 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD, por sus siglas en inglés), que equivalen a la suma de años de vida perdidos y años vividos con discapacidad. La mala alimentación representa el 16 por ciento de todos los AVAD en adultos de todo el mundo.

En comparación, el tabaco se asoció con 8 millones de muertes y la presión arterial alta se relacionó con 10,4 millones de muertes. En 2017, la ECV fue la causa principal de muertes relacionadas con la dieta (9.497.300) y AVAD (207,2 millones), seguida de cánceres (913.100 muertes y 20,2 millones de AVAD), diabetes (338.700 muertes y 23,7 millones de AVAD) y enfermedades renales (136.600 muertes y 3,4 millones de AVAD).

Baja ingesta de cereales integrales y frutas

El estudio encuentra que, aunque el impacto de los factores dietéticos individuales varía de un país a otro, tres factores dietéticos (ingesta baja de cereales integrales, frutas y alto consumo de sodio) representaron más del 50 por ciento de las muertes relacionadas con la dieta y el 66 por ciento de AVAD. El otro 50 por ciento de las muertes y el 34 por ciento de los AVAD se atribuyeron al alto consumo de carnes rojas, carnes procesadas, bebidas azucaradas y ácidos grasos trans, entre otros alimentos.

“Estamos resaltando la importancia del bajo consumo de alimentos saludables en comparación con el mayor consumo de alimentos no saludables –subraya Afshin–. Las políticas dietéticas que se centran en promover una alimentación saludable pueden tener un efecto más beneficioso que las políticas que abogan contra los alimentos poco saludables”. Las mayores brechas entre las dietas actuales y las óptimas se observaron en el caso de nueces y semillas, leche y granos enteros. Algunas de esas brechas, según Afshin, son por los productores y fabricantes de alimentos.

Las malas dietas son responsables de 11 millones de muertes 

“Hay una necesidad urgente y apremiante de cambios en los diversos sectores del ciclo de producción de alimentos, como el cultivo, el procesamiento, el empaquetamiento y la comercialización –señala Afshin–. Nuestra investigación encuentra la necesidad de una intervención integral del sistema alimentario para promover la producción, distribución y el consumo de alimentos saludables en todas las naciones”.

El profesor de Harvard, el doctor Walter Willett, coautor del estudio, señala que los hallazgos son consistentes con un resumen reciente de ensayos aleatorios que documentan los beneficios sobre los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular al reemplazar la carne roja con fuentes de proteína. “Por lo tanto, la adopción de dietas que enfaticen los alimentos de soja, los frijoles y otras fuentes de proteínas vegetales saludables tendrá beneficios importantes para la salud humana y planetaria”, dice.

Aunque el sodio, el azúcar y la grasa han sido el tema central de debate sobre políticas dietéticas en los últimos años, la evaluación muestra que los principales factores de riesgo que resultan en la muerte son las dietas altas en sodio, bajas en granos enteros, bajas en frutas, bajas en nueces y semillas y baja en verduras. Cada uno de estos representa más del 2 por ciento de todas las muertes a nivel mundial.

Entre los 20 países más poblados del mundo, Egipto tuvo la tasa más alta de muertes relacionadas con la dieta (552 por 100.000) y AVAD (11.837 por 100.000) en 2017; Japón tuvo la tasa más baja de muertes relacionadas con la dieta (97 por 100.000) y AVAD (2.300 por 100.000).

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Una dieta deficiente es responsable de más muertes en todo el mundo que el tabaco, la presión arterial alta o cualquier otro riesgo para la salud, según un nuevo estudio científico. El consumo de cantidades bajas de alimentos saludables, como los cereales integrales y demasiados alimentos poco saludables, incluidas las bebidas endulzadas, representa una de cada cinco muertes en todo el mundo.

“La mala alimentación es un asesino de igualdad de oportunidades — dice el doctor Ashkan Afshin, autor principal del estudio y profesor asistente en el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, en Estados Unidos–. Somos lo que comemos y los riesgos afectan a las personas en una variedad de características demográficas, que incluyen edad, género y estado económico”.

Afshin, autor de un artículo global sobre la obesidad en 2017, enfatizó que el estudio de hoy se centra en los efectos de los alimentos en los problemas de salud crónicos, como las enfermedades cardiacas y la diabetes, independientemente de sus conexiones con la obesidad. Más de 130 científicos de casi 40 países contribuyeron al análisis, que se publicó ahora en la revista médica internacional ‘The Lancet’.

Las verduras y la fruta deben ser la base de la alimentación

Las dietas deficientes fueron responsables de 10,9 millones de muertes, o el 22 por ciento de todas las muertes de adultos en 2017, con enfermedad cardiovascular (ECV) como la causa principal, seguida de cáncer y diabetes. También dieron como resultado 255 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD, por sus siglas en inglés), que equivalen a la suma de años de vida perdidos y años vividos con discapacidad. La mala alimentación representa el 16 por ciento de todos los AVAD en adultos de todo el mundo.

En comparación, el tabaco se asoció con 8 millones de muertes y la presión arterial alta se relacionó con 10,4 millones de muertes. En 2017, la ECV fue la causa principal de muertes relacionadas con la dieta (9.497.300) y AVAD (207,2 millones), seguida de cánceres (913.100 muertes y 20,2 millones de AVAD), diabetes (338.700 muertes y 23,7 millones de AVAD) y enfermedades renales (136.600 muertes y 3,4 millones de AVAD).

Baja ingesta de cereales integrales y frutas

El estudio encuentra que, aunque el impacto de los factores dietéticos individuales varía de un país a otro, tres factores dietéticos (ingesta baja de cereales integrales, frutas y alto consumo de sodio) representaron más del 50 por ciento de las muertes relacionadas con la dieta y el 66 por ciento de AVAD. El otro 50 por ciento de las muertes y el 34 por ciento de los AVAD se atribuyeron al alto consumo de carnes rojas, carnes procesadas, bebidas azucaradas y ácidos grasos trans, entre otros alimentos.

“Estamos resaltando la importancia del bajo consumo de alimentos saludables en comparación con el mayor consumo de alimentos no saludables –subraya Afshin–. Las políticas dietéticas que se centran en promover una alimentación saludable pueden tener un efecto más beneficioso que las políticas que abogan contra los alimentos poco saludables”. Las mayores brechas entre las dietas actuales y las óptimas se observaron en el caso de nueces y semillas, leche y granos enteros. Algunas de esas brechas, según Afshin, son por los productores y fabricantes de alimentos.

Las malas dietas son responsables de 11 millones de muertes 

“Hay una necesidad urgente y apremiante de cambios en los diversos sectores del ciclo de producción de alimentos, como el cultivo, el procesamiento, el empaquetamiento y la comercialización –señala Afshin–. Nuestra investigación encuentra la necesidad de una intervención integral del sistema alimentario para promover la producción, distribución y el consumo de alimentos saludables en todas las naciones”.

El profesor de Harvard, el doctor Walter Willett, coautor del estudio, señala que los hallazgos son consistentes con un resumen reciente de ensayos aleatorios que documentan los beneficios sobre los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular al reemplazar la carne roja con fuentes de proteína. “Por lo tanto, la adopción de dietas que enfaticen los alimentos de soja, los frijoles y otras fuentes de proteínas vegetales saludables tendrá beneficios importantes para la salud humana y planetaria”, dice.

Aunque el sodio, el azúcar y la grasa han sido el tema central de debate sobre políticas dietéticas en los últimos años, la evaluación muestra que los principales factores de riesgo que resultan en la muerte son las dietas altas en sodio, bajas en granos enteros, bajas en frutas, bajas en nueces y semillas y baja en verduras. Cada uno de estos representa más del 2 por ciento de todas las muertes a nivel mundial.

Entre los 20 países más poblados del mundo, Egipto tuvo la tasa más alta de muertes relacionadas con la dieta (552 por 100.000) y AVAD (11.837 por 100.000) en 2017; Japón tuvo la tasa más baja de muertes relacionadas con la dieta (97 por 100.000) y AVAD (2.300 por 100.000).

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Una dieta deficiente es responsable de más muertes en todo el mundo que el tabaco, la presión arterial alta o cualquier otro riesgo para la salud, según un nuevo estudio científico. El consumo de cantidades bajas de alimentos saludables, como los cereales integrales y demasiados alimentos poco saludables, incluidas las bebidas endulzadas, representa una de cada cinco muertes en todo el mundo.

“La mala alimentación es un asesino de igualdad de oportunidades — dice el doctor Ashkan Afshin, autor principal del estudio y profesor asistente en el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, en Estados Unidos–. Somos lo que comemos y los riesgos afectan a las personas en una variedad de características demográficas, que incluyen edad, género y estado económico”.

Afshin, autor de un artículo global sobre la obesidad en 2017, enfatizó que el estudio de hoy se centra en los efectos de los alimentos en los problemas de salud crónicos, como las enfermedades cardiacas y la diabetes, independientemente de sus conexiones con la obesidad. Más de 130 científicos de casi 40 países contribuyeron al análisis, que se publicó ahora en la revista médica internacional ‘The Lancet’.

Las verduras y la fruta deben ser la base de la alimentación

Las dietas deficientes fueron responsables de 10,9 millones de muertes, o el 22 por ciento de todas las muertes de adultos en 2017, con enfermedad cardiovascular (ECV) como la causa principal, seguida de cáncer y diabetes. También dieron como resultado 255 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD, por sus siglas en inglés), que equivalen a la suma de años de vida perdidos y años vividos con discapacidad. La mala alimentación representa el 16 por ciento de todos los AVAD en adultos de todo el mundo.

En comparación, el tabaco se asoció con 8 millones de muertes y la presión arterial alta se relacionó con 10,4 millones de muertes. En 2017, la ECV fue la causa principal de muertes relacionadas con la dieta (9.497.300) y AVAD (207,2 millones), seguida de cánceres (913.100 muertes y 20,2 millones de AVAD), diabetes (338.700 muertes y 23,7 millones de AVAD) y enfermedades renales (136.600 muertes y 3,4 millones de AVAD).

Baja ingesta de cereales integrales y frutas

El estudio encuentra que, aunque el impacto de los factores dietéticos individuales varía de un país a otro, tres factores dietéticos (ingesta baja de cereales integrales, frutas y alto consumo de sodio) representaron más del 50 por ciento de las muertes relacionadas con la dieta y el 66 por ciento de AVAD. El otro 50 por ciento de las muertes y el 34 por ciento de los AVAD se atribuyeron al alto consumo de carnes rojas, carnes procesadas, bebidas azucaradas y ácidos grasos trans, entre otros alimentos.

“Estamos resaltando la importancia del bajo consumo de alimentos saludables en comparación con el mayor consumo de alimentos no saludables –subraya Afshin–. Las políticas dietéticas que se centran en promover una alimentación saludable pueden tener un efecto más beneficioso que las políticas que abogan contra los alimentos poco saludables”. Las mayores brechas entre las dietas actuales y las óptimas se observaron en el caso de nueces y semillas, leche y granos enteros. Algunas de esas brechas, según Afshin, son por los productores y fabricantes de alimentos.

Las malas dietas son responsables de 11 millones de muertes 

“Hay una necesidad urgente y apremiante de cambios en los diversos sectores del ciclo de producción de alimentos, como el cultivo, el procesamiento, el empaquetamiento y la comercialización –señala Afshin–. Nuestra investigación encuentra la necesidad de una intervención integral del sistema alimentario para promover la producción, distribución y el consumo de alimentos saludables en todas las naciones”.

El profesor de Harvard, el doctor Walter Willett, coautor del estudio, señala que los hallazgos son consistentes con un resumen reciente de ensayos aleatorios que documentan los beneficios sobre los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular al reemplazar la carne roja con fuentes de proteína. “Por lo tanto, la adopción de dietas que enfaticen los alimentos de soja, los frijoles y otras fuentes de proteínas vegetales saludables tendrá beneficios importantes para la salud humana y planetaria”, dice.

Aunque el sodio, el azúcar y la grasa han sido el tema central de debate sobre políticas dietéticas en los últimos años, la evaluación muestra que los principales factores de riesgo que resultan en la muerte son las dietas altas en sodio, bajas en granos enteros, bajas en frutas, bajas en nueces y semillas y baja en verduras. Cada uno de estos representa más del 2 por ciento de todas las muertes a nivel mundial.

Entre los 20 países más poblados del mundo, Egipto tuvo la tasa más alta de muertes relacionadas con la dieta (552 por 100.000) y AVAD (11.837 por 100.000) en 2017; Japón tuvo la tasa más baja de muertes relacionadas con la dieta (97 por 100.000) y AVAD (2.300 por 100.000).

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Una dieta deficiente es responsable de más muertes en todo el mundo que el tabaco, la presión arterial alta o cualquier otro riesgo para la salud, según un nuevo estudio científico. El consumo de cantidades bajas de alimentos saludables, como los cereales integrales y demasiados alimentos poco saludables, incluidas las bebidas endulzadas, representa una de cada cinco muertes en todo el mundo.

“La mala alimentación es un asesino de igualdad de oportunidades — dice el doctor Ashkan Afshin, autor principal del estudio y profesor asistente en el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, en Estados Unidos–. Somos lo que comemos y los riesgos afectan a las personas en una variedad de características demográficas, que incluyen edad, género y estado económico”.

Afshin, autor de un artículo global sobre la obesidad en 2017, enfatizó que el estudio de hoy se centra en los efectos de los alimentos en los problemas de salud crónicos, como las enfermedades cardiacas y la diabetes, independientemente de sus conexiones con la obesidad. Más de 130 científicos de casi 40 países contribuyeron al análisis, que se publicó ahora en la revista médica internacional ‘The Lancet’.

Las verduras y la fruta deben ser la base de la alimentación

Las dietas deficientes fueron responsables de 10,9 millones de muertes, o el 22 por ciento de todas las muertes de adultos en 2017, con enfermedad cardiovascular (ECV) como la causa principal, seguida de cáncer y diabetes. También dieron como resultado 255 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD, por sus siglas en inglés), que equivalen a la suma de años de vida perdidos y años vividos con discapacidad. La mala alimentación representa el 16 por ciento de todos los AVAD en adultos de todo el mundo.

En comparación, el tabaco se asoció con 8 millones de muertes y la presión arterial alta se relacionó con 10,4 millones de muertes. En 2017, la ECV fue la causa principal de muertes relacionadas con la dieta (9.497.300) y AVAD (207,2 millones), seguida de cánceres (913.100 muertes y 20,2 millones de AVAD), diabetes (338.700 muertes y 23,7 millones de AVAD) y enfermedades renales (136.600 muertes y 3,4 millones de AVAD).

Baja ingesta de cereales integrales y frutas

El estudio encuentra que, aunque el impacto de los factores dietéticos individuales varía de un país a otro, tres factores dietéticos (ingesta baja de cereales integrales, frutas y alto consumo de sodio) representaron más del 50 por ciento de las muertes relacionadas con la dieta y el 66 por ciento de AVAD. El otro 50 por ciento de las muertes y el 34 por ciento de los AVAD se atribuyeron al alto consumo de carnes rojas, carnes procesadas, bebidas azucaradas y ácidos grasos trans, entre otros alimentos.

“Estamos resaltando la importancia del bajo consumo de alimentos saludables en comparación con el mayor consumo de alimentos no saludables –subraya Afshin–. Las políticas dietéticas que se centran en promover una alimentación saludable pueden tener un efecto más beneficioso que las políticas que abogan contra los alimentos poco saludables”. Las mayores brechas entre las dietas actuales y las óptimas se observaron en el caso de nueces y semillas, leche y granos enteros. Algunas de esas brechas, según Afshin, son por los productores y fabricantes de alimentos.

Las malas dietas son responsables de 11 millones de muertes 

“Hay una necesidad urgente y apremiante de cambios en los diversos sectores del ciclo de producción de alimentos, como el cultivo, el procesamiento, el empaquetamiento y la comercialización –señala Afshin–. Nuestra investigación encuentra la necesidad de una intervención integral del sistema alimentario para promover la producción, distribución y el consumo de alimentos saludables en todas las naciones”.

El profesor de Harvard, el doctor Walter Willett, coautor del estudio, señala que los hallazgos son consistentes con un resumen reciente de ensayos aleatorios que documentan los beneficios sobre los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular al reemplazar la carne roja con fuentes de proteína. “Por lo tanto, la adopción de dietas que enfaticen los alimentos de soja, los frijoles y otras fuentes de proteínas vegetales saludables tendrá beneficios importantes para la salud humana y planetaria”, dice.

Aunque el sodio, el azúcar y la grasa han sido el tema central de debate sobre políticas dietéticas en los últimos años, la evaluación muestra que los principales factores de riesgo que resultan en la muerte son las dietas altas en sodio, bajas en granos enteros, bajas en frutas, bajas en nueces y semillas y baja en verduras. Cada uno de estos representa más del 2 por ciento de todas las muertes a nivel mundial.

Entre los 20 países más poblados del mundo, Egipto tuvo la tasa más alta de muertes relacionadas con la dieta (552 por 100.000) y AVAD (11.837 por 100.000) en 2017; Japón tuvo la tasa más baja de muertes relacionadas con la dieta (97 por 100.000) y AVAD (2.300 por 100.000).

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Una dieta deficiente es responsable de más muertes en todo el mundo que el tabaco, la presión arterial alta o cualquier otro riesgo para la salud, según un nuevo estudio científico. El consumo de cantidades bajas de alimentos saludables, como los cereales integrales y demasiados alimentos poco saludables, incluidas las bebidas endulzadas, representa una de cada cinco muertes en todo el mundo.

“La mala alimentación es un asesino de igualdad de oportunidades — dice el doctor Ashkan Afshin, autor principal del estudio y profesor asistente en el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, en Estados Unidos–. Somos lo que comemos y los riesgos afectan a las personas en una variedad de características demográficas, que incluyen edad, género y estado económico”.

Afshin, autor de un artículo global sobre la obesidad en 2017, enfatizó que el estudio de hoy se centra en los efectos de los alimentos en los problemas de salud crónicos, como las enfermedades cardiacas y la diabetes, independientemente de sus conexiones con la obesidad. Más de 130 científicos de casi 40 países contribuyeron al análisis, que se publicó ahora en la revista médica internacional ‘The Lancet’.

Las verduras y la fruta deben ser la base de la alimentación

Las dietas deficientes fueron responsables de 10,9 millones de muertes, o el 22 por ciento de todas las muertes de adultos en 2017, con enfermedad cardiovascular (ECV) como la causa principal, seguida de cáncer y diabetes. También dieron como resultado 255 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD, por sus siglas en inglés), que equivalen a la suma de años de vida perdidos y años vividos con discapacidad. La mala alimentación representa el 16 por ciento de todos los AVAD en adultos de todo el mundo.

En comparación, el tabaco se asoció con 8 millones de muertes y la presión arterial alta se relacionó con 10,4 millones de muertes. En 2017, la ECV fue la causa principal de muertes relacionadas con la dieta (9.497.300) y AVAD (207,2 millones), seguida de cánceres (913.100 muertes y 20,2 millones de AVAD), diabetes (338.700 muertes y 23,7 millones de AVAD) y enfermedades renales (136.600 muertes y 3,4 millones de AVAD).

Baja ingesta de cereales integrales y frutas

El estudio encuentra que, aunque el impacto de los factores dietéticos individuales varía de un país a otro, tres factores dietéticos (ingesta baja de cereales integrales, frutas y alto consumo de sodio) representaron más del 50 por ciento de las muertes relacionadas con la dieta y el 66 por ciento de AVAD. El otro 50 por ciento de las muertes y el 34 por ciento de los AVAD se atribuyeron al alto consumo de carnes rojas, carnes procesadas, bebidas azucaradas y ácidos grasos trans, entre otros alimentos.

“Estamos resaltando la importancia del bajo consumo de alimentos saludables en comparación con el mayor consumo de alimentos no saludables –subraya Afshin–. Las políticas dietéticas que se centran en promover una alimentación saludable pueden tener un efecto más beneficioso que las políticas que abogan contra los alimentos poco saludables”. Las mayores brechas entre las dietas actuales y las óptimas se observaron en el caso de nueces y semillas, leche y granos enteros. Algunas de esas brechas, según Afshin, son por los productores y fabricantes de alimentos.

Las malas dietas son responsables de 11 millones de muertes 

“Hay una necesidad urgente y apremiante de cambios en los diversos sectores del ciclo de producción de alimentos, como el cultivo, el procesamiento, el empaquetamiento y la comercialización –señala Afshin–. Nuestra investigación encuentra la necesidad de una intervención integral del sistema alimentario para promover la producción, distribución y el consumo de alimentos saludables en todas las naciones”.

El profesor de Harvard, el doctor Walter Willett, coautor del estudio, señala que los hallazgos son consistentes con un resumen reciente de ensayos aleatorios que documentan los beneficios sobre los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular al reemplazar la carne roja con fuentes de proteína. “Por lo tanto, la adopción de dietas que enfaticen los alimentos de soja, los frijoles y otras fuentes de proteínas vegetales saludables tendrá beneficios importantes para la salud humana y planetaria”, dice.

Aunque el sodio, el azúcar y la grasa han sido el tema central de debate sobre políticas dietéticas en los últimos años, la evaluación muestra que los principales factores de riesgo que resultan en la muerte son las dietas altas en sodio, bajas en granos enteros, bajas en frutas, bajas en nueces y semillas y baja en verduras. Cada uno de estos representa más del 2 por ciento de todas las muertes a nivel mundial.

Entre los 20 países más poblados del mundo, Egipto tuvo la tasa más alta de muertes relacionadas con la dieta (552 por 100.000) y AVAD (11.837 por 100.000) en 2017; Japón tuvo la tasa más baja de muertes relacionadas con la dieta (97 por 100.000) y AVAD (2.300 por 100.000).

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Una dieta deficiente es responsable de más muertes en todo el mundo que el tabaco, la presión arterial alta o cualquier otro riesgo para la salud, según un nuevo estudio científico. El consumo de cantidades bajas de alimentos saludables, como los cereales integrales y demasiados alimentos poco saludables, incluidas las bebidas endulzadas, representa una de cada cinco muertes en todo el mundo.

“La mala alimentación es un asesino de igualdad de oportunidades — dice el doctor Ashkan Afshin, autor principal del estudio y profesor asistente en el Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington, en Estados Unidos–. Somos lo que comemos y los riesgos afectan a las personas en una variedad de características demográficas, que incluyen edad, género y estado económico”.

Afshin, autor de un artículo global sobre la obesidad en 2017, enfatizó que el estudio de hoy se centra en los efectos de los alimentos en los problemas de salud crónicos, como las enfermedades cardiacas y la diabetes, independientemente de sus conexiones con la obesidad. Más de 130 científicos de casi 40 países contribuyeron al análisis, que se publicó ahora en la revista médica internacional ‘The Lancet’.

Las verduras y la fruta deben ser la base de la alimentación

Las dietas deficientes fueron responsables de 10,9 millones de muertes, o el 22 por ciento de todas las muertes de adultos en 2017, con enfermedad cardiovascular (ECV) como la causa principal, seguida de cáncer y diabetes. También dieron como resultado 255 millones de años de vida ajustados por discapacidad (AVAD, por sus siglas en inglés), que equivalen a la suma de años de vida perdidos y años vividos con discapacidad. La mala alimentación representa el 16 por ciento de todos los AVAD en adultos de todo el mundo.

En comparación, el tabaco se asoció con 8 millones de muertes y la presión arterial alta se relacionó con 10,4 millones de muertes. En 2017, la ECV fue la causa principal de muertes relacionadas con la dieta (9.497.300) y AVAD (207,2 millones), seguida de cánceres (913.100 muertes y 20,2 millones de AVAD), diabetes (338.700 muertes y 23,7 millones de AVAD) y enfermedades renales (136.600 muertes y 3,4 millones de AVAD).

Baja ingesta de cereales integrales y frutas

El estudio encuentra que, aunque el impacto de los factores dietéticos individuales varía de un país a otro, tres factores dietéticos (ingesta baja de cereales integrales, frutas y alto consumo de sodio) representaron más del 50 por ciento de las muertes relacionadas con la dieta y el 66 por ciento de AVAD. El otro 50 por ciento de las muertes y el 34 por ciento de los AVAD se atribuyeron al alto consumo de carnes rojas, carnes procesadas, bebidas azucaradas y ácidos grasos trans, entre otros alimentos.

“Estamos resaltando la importancia del bajo consumo de alimentos saludables en comparación con el mayor consumo de alimentos no saludables –subraya Afshin–. Las políticas dietéticas que se centran en promover una alimentación saludable pueden tener un efecto más beneficioso que las políticas que abogan contra los alimentos poco saludables”. Las mayores brechas entre las dietas actuales y las óptimas se observaron en el caso de nueces y semillas, leche y granos enteros. Algunas de esas brechas, según Afshin, son por los productores y fabricantes de alimentos.

Las malas dietas son responsables de 11 millones de muertes 

“Hay una necesidad urgente y apremiante de cambios en los diversos sectores del ciclo de producción de alimentos, como el cultivo, el procesamiento, el empaquetamiento y la comercialización –señala Afshin–. Nuestra investigación encuentra la necesidad de una intervención integral del sistema alimentario para promover la producción, distribución y el consumo de alimentos saludables en todas las naciones”.

El profesor de Harvard, el doctor Walter Willett, coautor del estudio, señala que los hallazgos son consistentes con un resumen reciente de ensayos aleatorios que documentan los beneficios sobre los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular al reemplazar la carne roja con fuentes de proteína. “Por lo tanto, la adopción de dietas que enfaticen los alimentos de soja, los frijoles y otras fuentes de proteínas vegetales saludables tendrá beneficios importantes para la salud humana y planetaria”, dice.

Aunque el sodio, el azúcar y la grasa han sido el tema central de debate sobre políticas dietéticas en los últimos años, la evaluación muestra que los principales factores de riesgo que resultan en la muerte son las dietas altas en sodio, bajas en granos enteros, bajas en frutas, bajas en nueces y semillas y baja en verduras. Cada uno de estos representa más del 2 por ciento de todas las muertes a nivel mundial.

Entre los 20 países más poblados del mundo, Egipto tuvo la tasa más alta de muertes relacionadas con la dieta (552 por 100.000) y AVAD (11.837 por 100.000) en 2017; Japón tuvo la tasa más baja de muertes relacionadas con la dieta (97 por 100.000) y AVAD (2.300 por 100.000).

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