Skip to content

Lic. en Nutrición y Maestra en Nutrición Clínica Pamela Sapien Olea
Cardiólogo y Maestro en Ciencias en salud Internacional Dr Adolfo Chávez Mendoza

El consumo de fibra dietética se asocia con la prevención de enfermedades cardiovasculares. Por esta razón las directrices nutrimentales del mundo recomiendan un alto consumo de fibra (EFSA, 2010; FDA, 2010; AND, 2015). Sin embargo, la ingesta diaria recomendada (IDR) de 25 a 38 gr fibra para un adulto no incluye una recomendación relacionada con el tipo de fibra. Existen diferentes fuentes de fibra dietética tales como granos enteros, frutas, verduras, semillas y leguminosas. Adicionalmente, las propiedades fisicoquímicas de las fibras varían ampliamente. Entre las fuentes de fibra, los beta glucanos han mostrado ser el tipo de fibra más efectivo para prevenir enfermedades cardiovasculares (Henrion,2019; Bartlomiej S., 2011).

Los beta-glucanos se encuentran naturalmente en la avena en aproximadamente un 4.5% (2.2 – 7.8%) de concentración. En su forma cruda, la estructura de los beta glucanos dicta las propiedades fisicoquímicas de solubilidad, viscosidad y formación de geles que generan en el lumen intestinal, por lo que aquellos beta glucanos que han sido sometidos a ciertos procesos de cocimiento o procesamiento previo a ser consumidos, comprometen su solubilidad y por ende, los beneficios en la respuesta fisiológica a los mismos.

Riesgo para enfermedad coronaria.

El consumo de fibra dietética se ha documentado que protege de enfermedad coronaria. En una revisión sistemática y un meta-análisis se reportó una asociación inversa entre la ingesta de fibra dietética (7gr/d) y una disminución del 9% en el riesgo de enfermedades coronarias y cardiovasculares (AND, 2015; Threapleton DE, 2013). A su vez, se ha reportado una asociación entre un consumo alto de fibra (12 a 14 gr/d) y la disminución en la proteína C reactiva (PCR) y los niveles de inflamación sistémica (AND, 2015; Threapleton DE, 2013).

Por otro lado, sabemos desde hace muchos años, que la respuesta vasomotora arterial es dependiente de substancias químicas como la endotelina y el óxido nítrico. La producción de estas es dependiente de una función adecuada del endotelio vascular, misma que puede verse afectada por diferentes mecanismos. Esta bien demostrado que la disfunción endotelial es el precursor principal de la enfermedad arterial coronaria y en relación a la alimentación se ha encontrado que la ingesta y absorción de grasas en forma aguda incrementa esta disfunción. Es por ello por lo que el consumo de fibras, sobre todo las solubles reducen la absorción de las grasas y con ello mantienen la función endotelial (David L. Katz, 2011).

Finalmente, otro de los mecanismos por los cuales reduce el riesgo para enfermedad coronaria y como evento secundario a los anteriores, es la disminución, ligera pero evidente de los niveles de presión arterial (AND, 2015; Threapleton DE, 2013).

El avena al ser un grano entero, contiene fitoestrógenos y ácidos fenólicos que ejercen un rol antioxidante y protector contra enfermedad coronaria. Al mismo tiempo, su consumo impacta positivamente en factores de riesgo como los niveles de colesterol total y LDL en sangre. Adicional a esto, la avena es una fuente de ácido fólico (B9) y cobalamina (B12), vitaminas del complejo B cruciales para el mantenimiento de los niveles de homocisteina en control, niveles que potencialmente contribuyen como factor de riesgo independiente a trombosis venosa, infartos y enfermedad coronaria (Truswell A, 2002; AND, 2015).

Respuesta glucémica.

El mecanismo postulado acerca de sus beneficios en el control de la respuesta glucémica recae en que dada la viscosidad que generan, dan lugar a un retraso en el vaciamiento gástrico y que a nivel intestinal, sean resistentes a la digestión y por tanto, permanezcan intactos en el intestino delgado, incrementando a su vez, la viscosidad del bolo alimenticio. Este incremento en la viscosidad retrasa la digestión y la absorción de los hidratos de carbono disponibles por medio de la formación de una capa alrededor del bolo que impide el acceso de las enzimas intestinales a los sustratos y un transporte retardado de la glucosa a la superficie de absorción, dando como resultado una menor respuesta glucémica y concentraciones de insulina en sangre (Henrion,2019).

Metabolismo lipídico.

El efecto de los betaglucanos en el metabolismo de las grasas no se ha investigado tan detalladamente como se ha hecho con la respuesta glucémica, pero pudiera deberse a que el efecto que ejercen los beta glucanos sobre los niveles de colesterol en sangre ocurren a largo plazo (5 a 6 semanas). No obstante, se ha demostrado que, un consumo de por lo menos 3 gramos de betaglucanos provenientes de avena es necesario para obtener una reducción de los niveles de colesterol total en sangre y mostrar disminución del riesgo cardiovascular (EFSA, 2010; FDA, 2010; AND, 2015). El mecanismo propuesto es que, debido a su viscosidad, interfiere con la reabsorción de ácidos biliares y se favorece la eliminación de las grasas por medio de las heces (Truswell A, 2002).

En las últimas décadas se ha descrito que algunos nutrimentos son capaces de regular la expresión génica de diferentes enzimas, modulando la velocidad de las rutas metabólicas a largo plazo. El metabolismo de colesterol es regulado a nivel transcripcional por receptores nucleares, entre ellos el receptor x hepático o LXR activado por oxiesteroles encontrados de forma natural en la avena.

El LXR regula el catabolismo, almacenamiento, absorción y transporte de colesterol e induce la síntesis de ácidos biliares para su liberación al lumen intestinal y a su vez, activa la expresión del transportador ABCA1 en los macrófagos en respuesta a la acumulación de colesterol, favoreciendo el transporte reverso del colesterol (TRC) evitando la acumulación excesiva de colesterol dentro de los macrófagos y por ende, el desarrollo de ateroesclerosis arterial (Torre, 2015).

Saciedad y Pérdida de peso.

Alimentos que incrementan la sensación de saciedad pueden potencialmente reducir la ingesta energética, promoviendo la pérdida de peso.

El efecto de la fibra dietética sobre la saciedad se relaciona con las propiedades fisicoquímicas intrínsecas de la fibra en donde aquellas con mayor viscosidad, como los betaglucanos encontrados en la avena retrasan el vaciamiento gástrico y el retraso en la absorción de nutrimentos pudiera potenciar la interacción entre los nutrimentos y las células encargadas de liberar hormonas anorexigénicas.

De forma general, un consumo o suplementación de 3 a 8 gramos de betaglucanos por ocasión, induce una mayor sensación de saciedad y con ello mayor pérdida de peso con respecto a ingerir una menor dosis. Se ha documentado un mayor efecto en alimentos sólidos vs líquidos y un efecto de dosis-respuesta, en donde a mayor consumo de betaglucanos, mayores beneficios (Henrion,2019; Rebello, 2014; Pentikainen S., 2014; Smethers A., 2018; Wanders, 2011; AND, 2015).

Conclusión

Debido a todo lo anterior, el consumo de Avena como fuente de fibra soluble es una medida que participa como medida en la prevención primaria para evitar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y en cuanto a la prevención secundaria es un coadyuvante

debido a su habilidad para disminuir la respuesta glucémica posprandial de manera efectiva, así como mejora los niveles de colesterol en sangre contribuyendo a una mayor sensación de saciedad, lo que favorece la reducción del consumo energético, mejorando el apego a una restricción dietética, pérdida de peso, además, evitando alteraciones en la función endotelial.


Bibliografía:

  1. EFSA Panel on Dietetic Products; Nutrition and Allergies (NDA). Scientific Opinion on the substantiation of a health claim related to oat beta-glucan and lowering blood cholesterol and reduced risk of (coronary) heart disease pursuant to Article 14 of Regulation (EC) No 1924/2006. EFSA J. 2010, 8, 1885.
  2. Henrion M., Francey C., Anne K., Lamothe L. Cereal B-Glucans: The Impact of Processing and How It Affects Physiological Responses. Nutrients, 2019; Vol. 11: 1-14.
  3. Position of the Academy of Nutrition and Dietetics: Health Implications of Dietary Fiber. Jour Acad Nut and Dietetics, 2015; Vol. 15 (11): 1861-70.
  4. David L. Katz, H. N. (2011). Effects of Oat and Wheat Cereals on Endothelial Responses. Preventive Medicine, 476 – 484.
  5. Truswell A. Cereal grains and coronary heart disease. Eur Jour Clin Nut, 2002; Vol. 56: 1-14.
  6. Wolever, T.M.; Tosh, S.M.; Gibbs, A.L.; Brand-Miller, J.; Duncan, A.M.; Hart, V.; Lamarche, B.; Thomson, B.A.; Duss, R.; Wood, P.J. Physicochemical properties of oat beta-glucan influence its ability to reduce serum LDL cholesterol in humans: A randomized clinical trial. Am. J. Clin. Nutr. 2010, 92, 723–732.
  7. Rebello C., Greenway F., Dhurandhar N. Functional foods to promote weight loss and satiety. Curr Opin Clin Nutr Metab Care 2014, 17:596 – 604.
  8. Pentikainen S., Karhunen L., Flander L., Katina K., Meynier A., et.al. Enrichment of biscuits and juice with oat B-glucan enhances postprandial satiety. Appetite, 2014; Vol. 75; 150-156.
  9. Smethers A. Rolls B. Dietary Management of Obesity. Med Clin N Arm, 2018; Vol. 102:107-124.
  10. Bartlomiej S., Kaczmarek R., Ewa N. Bioactive compounds in cereal grains- occurrence, structure, technological significance and nutritional benefits. Food Science and Technology International, 2011; Vol. 18(6): 559–568.
  11. Wanders A., Graaf C., Jonathan M., Kristensen, Mars M, et. al. Effects of dietary fibre on subjective appetite, energy intake and body weight: a systematic review of randomized controlled trials. Obesity Reviews, 2011; Vol. 12: 724–739.
  12. Threapleton DE, Greenwood DC, Evans CE, et al. Dietary fibre intake and risk of cardiovascular disease: Systematic review and meta-analysis. BMJ, 2013; Vol. 347: f6879.
  13. Torre I. ¿En verdad hay uno Bueno y uno malo? Conceptos actuales del metabolismo del colesterol. Red Nutrición, 2015; Vol. 6 (17): 160-173.

Síguenos on:

¡Suscríbete a nuestro Boletín!

Busca una receta con avena

Lo nuevo

Back To Top