Los alfajores son un manjar que se han disfrutado por siglos no sólo en nuestro continente sino también en el viejo continente. Y es que ahí es donde originalmente se inventaron, en Andalucía, una región al Sur de España que estuvo mucho tiempo bajo el dominio de los árabes. La palabra alfajor, como otras tantas que en español comienzan con al, como almohada, almacén, alfombra, azúcar…y muchas más que nos heredaron los árabes.
El alafajor en el sur de España es un cilindro relleno de un manjar que usa ingredientes típicos de la región. En toda la península ibérica se venden sobretodo en la época navideña, pero en Cádiz están disponibles todo el año, donde llevan miel, almendras, avellanas, y una mezcla de especias. En la Cuenca el cilindro es tipo wafer y lleva un relleno de almendras, miel e higos.
Una receta del siglo XIV incluso dice que lleva cilantro nueces, miel y varias especies molidas como café, anís, canela y clavos!. Se podría decir que los alfajores son el bizcocho de los conquistadores. Los españoles se llevaron consigo los alfajores para sus tropas conquistadoras, pero antes que ellos, en el siglo VII los árabes que conquistaron el sur de España también les dieron a sus soldados un bizcocho parecido al alfajor llamado alajú.
El tiempo pasó y con ello los famosos postrecitos sufrieron también modificaciones, aunque en México no se conocen ni se consumen tanto, en Sudamérica si, siendo Argentina el principal país productor y consumidor. Ahí la variante más representativa de los alfajores consiste en un sándwich de galletas relleno de dulce de leche (algo muy parecido a nuestra cajeta) que puede estar cubierto de chocolate o espolvoreado con azúcar glass.
Como sabemos que seguramente ya se les antojaron, aquí les proponemos esta versión sana de alfajores con avena, que se llevó el primer lugar en nuestro segundo concurso de recetas con avena canadiense que creó Montserrat Petriciolet Mendoza.
