Las galletas recién salidas del horno son perfectas para un tentempié o como postre después de una comida. Dado a que suelen ser altas en grasa y azúcar, pero bajas en fibra, son una de las primeras cosas a las que se renuncia cuando se decide seguir una dieta saludable.
Pero tenemos buenas noticias – con algunas sustituciones sencillas y añadiendo avena canadiense, puedes comer galletas, incluso si estás a dieta. La avena canadiense proporciona fibra dietética, minerales y carbohidratos complejos, y añade una maravillosa textura y sabor a tus galletas.
Una receta favorita en las culturas norteamericanas y europeas, es la galleta clásica de avena, la cual ha resistido la prueba del tiempo. La primera receta registrada para las galletas de la harina de avena de la pasa se remonta a 1896 en Escocia. A inicios del 1900, las recetas de galletas de avena ya estaban apareciendo por toda Europa y Norteamérica. Actualmente son una de las galletas más populares para todas las edades.
Las pasas han sido uno de los ingredientes típicos en las galletas de avena, pero hay mucha gente a la que no les gusta. Para esas personas, se pueden usar otras frutas secas como arándanos, o incluso bayas del goji en sus galletas de la avena.
Para una galleta de avena saludable, puedes agregarle linaza que tiene muchos beneficios incluyendo omega-3, fibra dietética y otras propriedades, que pueden ayudar a prevenir ciertos tipos de cánceres. Estas galletas son dulces, satisfactorias y pueden convertirse rápidamente en una nueva familia favorita.
Si quieres comenzar a experimentar con la avena, toma cualquier receta de galletas y sustituye una tercera parte de la harina por avena. Para reducir la grasa, reemplaza hasta la mitad de la mantequilla con puré de manzana sin azúcar o puré de ciruela pasa o dátiles. También con esto puedes reducir la cantidad de azúcar.